YPF 2004 — Carmen de Areco

¿Cuál es el mejor deporte? El mejor deporte es el que se practica con pasión, sea cual sea la disciplina. No importa si es fútbol, rugby, ajedrez o voley, lo que importa es que uno ame lo que hace. El deporte es visceral, no se explica, se siente. Tiene ese “no sé que” que te atrapa. Nosotros corremos, es lo que nos gusta. Transpiramos, sufrimos, nos acalambramos, pero nos gusta. Somos un equipo y, si sufrimos, transpiramos y nos acalambramos, lo hacemos juntos. Eso es lo que nos gusta. Eso es el deporte. Por todo eso y más, nosotros amamos las carreras. Y, si amás lo que hacés, siempre vas a ser el mejor, aunque no seas el primero. Bueno, pero esta introducción estilo "Just Do It" o “Impossible Is Nothing” —elija la marca que prefiera— no era para otra cosa que relatar lo que fue la tercera fecha del YPF Cross, así que vayamos a eso. Carmen de Areco, 30 de junio de 2004, el día está lindo, la gente está ansiosa. Arrancás con 9 kilómetros de cross-country. Hace calor y el sol pega bastante fuerte, pero aunque el terreno esté seco y no haya barro, correr es incómodo y es difícil agarrarse. En ciertos sectores del sendero hay mucha maleza y algunos arbustos bajos para esquivar. Hay que correr en línea y los que vienen más cansados no gozan del beneficio de ser empujados o de sujetarse. Es después del parque cerrado cuando se complica la cosa. Se complica, no porque el terreno presente muchas complicaciones, sino porque el recorrido lo hace. Cada corredor —o cada pelotón, para no ser injusto— realizó un recorrido distinto. Si venías en elite hacías un circuito y si venías en caballeros otro. No quiero adivinar lo que les habrá quedado a los de 120. En sí, el recorrido de la bici no era muy técnico y se podía pedalear bien. Lo que te mataba es que cuando pensabas que ya habías llegado a las pruebas especiales —después de las pruebas especiales ya ibas directo al PC— un tipo te decía que tenías que seguir y dar dos vueltas más. ¡Pará loco! ¿Qué es esto un entrenamiento? ¿Cómo dos vueltas más? No estoy en el hipódromo. Si le agregas que el tipo que te gritaba era Tagle, el pulso te sube no sólo por la agitación propia de la carrera, sino también por el calor de la indignación. ¡Viejo, poné un tipo que te cante bien el recorrido y no improvisés sobre la marcha! Cuestión que por fin llegás a las pruebas especiales. Bueno, en realidad no llegás por fin, llegás por segunda vez. Ahora es momento de los para-olímpicos. ¿A quién se le puede ocurrir atar las bicicletas a una goma y tener que cruzarlas así de orilla a orilla del río? Viejo, si querías que me tire al agua, decime. No me pongás la excusa de buscar las bicicletas que se me cayeron porque de tan cansado que venía las até como la mona. Por lo menos el agua te espabilaba un poco, cosa que no les pasó a los que les dijeron que no ataran la bicicleta y que fueran por el puente que estaba a veinte metros de cruce. Ajá, así es. Supongo que habrá sido un combo, si dabas una vuelta en bici después tenías que atarlas a la goma; si dabas dos vueltas, cruzabas por el puente. En fin, más allá del infeliz guardavidas de bicicletas, hubo otras pruebas especiales para los demás integrantes del equipo. Estuvo el puente colgante y la tirolesa. ¿Cómo es que la tirolesa le toca siempre al mismo? Es la parte más divertida de la carrera, es como cuando eras chicos e ibas a Expojuegos. Pasás las pruebas especiales y corrés al bote. Está bueno el remo, no hay mucha correntada y podés palear bien. Son 4 kilómetros y medio. Tenés que pegar la vuelta en un puente y eso es bastante pintoresco. Es un remo descansado, te das cuenta que el bote avanza con la paladas. Quedan cinco kilómetros de cross, que pueden ser menos, y llegás. En esta parte sí hay barro, pero se corre en un terreno muy amplio y te podés agarrar. No es muy complicado, es sólo cuestión de garra a esta altura. De golpe ves la meta al fondo y sabés que estás jugado. Apuras el paso y te tratás de acomodar. Respirás con todo, el aire no te alcanza. Es la meta y la meta es lo que dejaste en los entrenamientos, la meta es tus compañeros, la meta es haber puteado mientras corrías, terminar con una sonrisa y saber que vas a seguir corriendo. La meta es un premio, es esa sensación tan tuya de saber que pudiste. Es la justificación más importante, la que te hacés a vos. Tenés que llegar corriendo, sabés que tenés que llegar corriendo.









CHARLY A. TEAM
Una Idea de Charly Achaval, no juntar un grupo de corredores profesionales sino formar un equipo de cero, un equipo de amigos, que entre estudios y trabajo, se entrena y da lo mejor de sí para obtener en el circuito YPF Cross Series los mejores resultados posibles. Y que mejor manera de dar lo mejor de cada uno que contratando como entrenador a Diego Ardaiz que con la ayuda de “Pato” Rodríguez brindan toda su experiencia no sólo como entrenadores sino también como corredores.